Día 8: Forth Worth Stockyards y rodeo

Salimos del hotel alrededor de las 9, muy cerca del American Airlines Center hay una parada (Victory Station) de la red ferroviaria TRE (Trinity Railway Exprexs). Allí en la máquina, compramos un billete que nos permitía viajar por la red regional durante 24 horas (12 $ cada uno), hasta las 3 de la madrugada. A las 9’35 cogimos el tren, y el trayecto hasta Fort Worth fueron unos 50 minutos; la frecuencia de esta línea en sábado es de una hora.

Una vez en Fort Worth, la parada del tren está junto una pequeña estación de autobuses, y allí cogimos la línea 15 hasta el centro (dirección: N. Main-Stockyards/North Side Sta), en unos 20 minutos llegamos a la parada (Main & Exchange - 24th); la frecuencia de esta línea en sábado es de 15 minutos. Este bus va incluido en el billete regional que habíamos comprado. 

La zona a la íbamos se llama FORT WORTH STOCKYARDS (un Distrito Histórico Nacional de Fort Worth), donde se muestra la historia de la industria ganadera de Texas. A esas horas el día era fresco, paseamos por la calle principal, que se iba animando de gente poco a poco. 




Cowtown Coliseum, donde se celebran los rodeos







A las 11’30 tuvo lugar, HERD CATTLE DRIVE, que es un desfile por la calle principal con unos enormes toros; luego a las 4 de la tarde los vuelven a sacar. 









Luego paseamos por la zona, con una temperatura ya más agradable.












Antes de comer fuimos al Billy Bob's Texas a tomarnos una cerveza, es un enorme local, tanto, que dentro tiene infinidad de barras, una enorme sala de conciertos y hasta un pequeño reciento para un rodeo, e incluso enseñan a bailar country. Hay que pagar entrada (3 $), el sitio está muy bien, nos gustó; y las cervezas tienen muy buen precio (5 $). 












Y ya pusimos rumbo por la calle principal, para ir a comer.




Para comer habíamos elegido Riscky’s BBQ, al pedir mesa nos dijeron que teníamos que esperar 45 minutos, y aceptamos, pero cuando nos pidieron el número de teléfono, al decirle que no teníamos número americano, se lo pensó un segundo, y nos dio mesa, que suerte. Pedimos un par de entrantes y medio costillar para compartir, la verdad que la comida muy rica y no nos quedamos con hambre; la comida junto las cervezas, costó 75’31 $.








Luego no nos apetecía volver a pasear por las mismas calles, así que fuimos a tomar algo a Tannahill’s, en aquellos momentos estábamos en la hora crítica de la siesta, que finalmente pudimos vencer. Estando allí una señora se acercó a hablar con nosotros, aunque le dijimos que hablábamos poco inglés, se empeñó en darnos conversación, no pudimos hablar mucho porque ella tampoco hablaba español, pero puso tanto interés que nos supo mal decirle que no; la verdad que muy amable, tras un ratillo, nos dio la mano y se despidió con ¡Welcome Texas!.

Tras vencer la hora crítica, ya estaba atardeciendo, y a esas horas no hacía nada de aire, incluso se estaba mejor que a mediodía; así que paseamos, mientras íbamos viendo caer la tarde con todos los carteles iluminados. 

Nunca habíamos visto en Estados Unidos un camión de bomberos blanco, y tan pequeño






En las puertas del Cowtown Coliseum, desde las 4’30 hasta las 7’30, RODEO MUSIC STAGE, donde un grupo musical anima la espera.


A las 6 abrieron las puertas del COWTOWN COLISEUM, y el rodeo comenzó a las 7’30; este recinto fue inaugurado en 1908 y pocos años después se convirtió en el hogar del primer rodeo bajo techo, actualmente es el hogar del único rodeo del mundo durante todo el año, y está reconocido como Monumento Histórico de Texas. Nosotros entramos más o menos una hora antes, había una chica cantando, que estuvo hasta que comenzó. El momento himno con bandera y caballo muy bonito. 




Las entradas que habíamos comprado, eran de primera fila y centradas, inmejorables. Primero montan los caballos, luego la caza de terneros con lazo, también hay espacio para los niños que salían persiguiendo un ternerito, luego los obstáculos con los caballos donde sólo participaban chicas. En el descanso salió un señor haciendo virguerías con el lazo, espectacular. En la segunda parte repitieron algunas cosas y finalizó con la monta de los toros. A nosotros lo que más nos gustó, es cuando montan los caballos, los jinetes aguantan más que en los toros; para recibir puntuación, los jinetes deben permanecer sobre el caballo o el toro durante ocho segundos con una mano agarrada, tocar al toro o a ellos mismos con la mano libre, o no alcanzar la marca de ocho segundos, invalida la puntuación. También nos gustó mucho, los obstáculos con los caballos, una niña de 12 años quedó segunda, impresionante. 






Tras el rodeo, como teníamos que esperar el bus un buen rato, nos tomamos un par de cervezas en H-3 Ranch (15’53 $) y luego ya fuimos a la parada a esperar el bus. 

Bus que no pasó, así que pillamos un Lyft a la estación de tren (15’26 $, aquí pedimos un priority), y aun nos sobraron unos 10 minutillos. En la estación solo hay dos vías, pero las indicaciones brillan por su ausencia, menos mal que paso un tren y al asomarse un revisor a una de las puertas, nos dijo que hacia Dallas era la otra vía. El tren pasó puntual a las 10’55 (era el último), aprovechamos que se asomó a una puerta uno de seguridad y nos confirmó que iba a Dallas. La verdad que nos lío bastante, entre que no ponía nada y era la misma vía en la que nos habíamos bajado por la mañana, no nos aclarábamos. El trayecto fue de 50 minutos como al venir, y luego en menos de 10 minutos andando llegamos al hotel.

Hace años dijimos, “alguna vez que vayamos a Estados Unidos tenemos que ver un rodeo”, y el viaje a Dallas era la ocasión. Nos gustó la experiencia del rodeo, no nos importaría volver otra vez.

Distancia recorrida andando: 11’7 km.

 

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