Día 3: Nueva Orleans

Pusimos el despertador a las 7’30, hora que se convertiría más o menos en nuestra hora habitual, duchas y a desayunar. Lo teníamos incluido en el hotel, a nosotros nos resultó flojillo, porque de bollería había poco, era muy americano (casi todo en plan huevos fritos, beacon, etc), pero nos pudimos apañar. Y alrededor de las 9 nos pusimos en marcha.

Iniciamos la mañana recorriendo BOURBON STREET, en sus horas tranquilas, mientras pasaban las máquinas de limpieza y reponían los bares. En español es CALLE DE BORBÓN, que recibe su nombre de los Borbón, la casa real de Francia.​


Cafe Beignet en Bourbon Street










La vuelta la hicimos por ROYAL STREET, a nosotros nos parece más bonita. Tanto Royal Street como Bourbon Street, miden 1’7 kilómetros de largo, así que hacerlas de ida y vuelta, son alrededor de 3’5 kilómetros.













Cafe Beignet en Royal Street

Cerca de nuestro hotel, en la parada Carondelet + Gravier, cogimos la línea 12 del tranvía, que recorre ST. CHARLES AVENUE, para ir a una zona con casas mucho más señoriales que las vistas hasta ahora. Compramos por la aplicación (Le Pass) el billete de 24 horas (1 day Jazzy Pass), que valía 3 $, pues con dos viajes ya casi salía a cuenta.













Paseamos un poco y nos fuimos a ver el famoso mural, GREETINGS FROM NOLA, que significa “Saludos desde NOLA” que es la abreviatura que hacen de Nueva Orleans Louisiana. 


Muy cerca en Magazine Street cogimos el bus 11, que nos llevó hasta Canal Street, y desde allí volvimos a la zona de Bourbon Street a tomarnos una cerveza. Elegimos un bar que nos recomendaron, Booindock Saint (en St. Peter Street), pedimos dos cervezas, una Bud light y una Abita (una marca de Louisiana) y nos costaron muy baratas, 8’25 $. Un pequeño local, que nos recomendó un conocido, y que fue todo un acierto.

Canal Street

En esta ciudad cualquier sitio vale para tocar música

Seguimos por Bourbon Street, hasta llegar hasta Esplanade Avenue, para comer en Port of Call, pedimos dos hamburguesas, pero nos liamos con la camarera y las pedimos solas, estaban ricas, pero claro les faltaba algo más; las hamburguesas junto con las cervezas costaron 43’50 $.


Y volvimos a Royal Street, para ir un rato al hotel, de camino hicimos las compras, y una vez en el hotel, descansamos un poco, y luego volvimos a la calle. 



Al final de Canal Street, se encuentra la Spanish Plaza (Plaza de España), y pasamos a verla, allí hay unos escudos de las provincias españolas, pero algunos no se parecen mucho a los verdaderos; parece que fue inaugurada en 2008. 

Como queríamos tomar una cerveza, volvimos a Booindock Saint (en St. Peter Street), y la chica se acordaba de las cervezas que habíamos pedido por la mañana. 

Luego enfrente se encuentra Preservation Hall, un histórico de la música jazz de la ciudad. Cuando compramos las entradas (antes de tomarnos las cervezas), solo quedaban para la sesión de las 7’30 y de pie (se pueden comprar por web, pero hasta última hora no decidimos ir). El espectáculo bien, el local es muy pequeño y desde atrás no se ve bien, pero tampoco es imprescindible; son ellos los que te sientan, según vas llegando. Cuando compramos las entradas, nosotros queríamos sentados, y como ya no habían, pues nos quedamos con las de pie, pero no sabemos porque, nos sentaron; cada una nos costó 25 $ (las de sentado son 40 $ y la primera fila 50 $) sumando los impuestos 30’92 $ cada una.


Tras el concierto, como estábamos cansados y no teníamos casi hambre, cerca del hotel compramos algo en un super y ya nos quedamos en la habitación. Cuando miramos en la aplicación lo que habíamos recorrido y vimos casi 18 kilómetros, no nos extrañaba que estuviéramos cansados. Nos entretuvimos viendo un partido de hockey sobre hielo en Dallas, donde estaríamos dentro de dos noches.

 Distancia recorrida andando: 17’7 km.

 

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