Día 6: San Antonio

El plan de hoy requería un buen madrugón, y es que nos íbamos a pasar el día a San Antonio en avión. El despertador sonó a las 4 de la madrugada, ducha rápida y a las 4’40 ya estábamos en el hall para pedir el Lyft (desde la habitación nos marcaba la ubicación en la calle de atrás), nos dio 15 minutos de espera, y unos minutos después de aceptar el viaje nos asignó conductor. El trayecto fue poco más de 10 minutos y nos costó 15’99 $.

Los vuelos de hoy eran de nuevo con Southwest Airlines, y también desde el Aeropuerto Dallas Love, al llegar sacamos en la máquina las tarjetas de embarque físicas, luego control de seguridad. y al final ni nos dio tiempo de tomar nada, tuvimos que ir directos a la puerta de embarque que ya iba a comenzar. El vuelo salió muy puntual a las 6’25, es un vuelo muy corto de alrededor de una hora, y llegó unos 10-15 minutos de su hora, las 7’35.

Salimos de la terminal a coger el bus, mientras esperábamos compramos los billetes en la aplicación (VIA goMobile) un billete valido para todo el día por 2’75 $. El bus 7 te lleva al centro en unos 20 minutos, cuando estábamos llegando a la parada apareció un bus que no nos cuadraba la hora, pero al subir le preguntamos al conductor si iba al Downtown y nos dijo que sí, pues no; era el que iba en dirección contraria, menos mal que solo era una parada, pero perdimos más de media hora con esto. Total que acabamos saliendo del aeropuerto a las 8’26.

Una vez en el centro fuimos a desayunar a La Panadería, el sitio debía ser de lo mejor de la ciudad, porque había cola para entrar, pero aun así nos quedamos, y al final tampoco esperamos mucho. Pedimos unos capuchinos, un bollo de canela, y un croissant con fresas y nata, riquísimo todo, nos costó 21’24 $, la verdad que mereció la pena la espera. Lo llevan con mucho orden, pides en la barra y luego te lo llevan ellos a la mesa. 

Al llegar el día era fresco, pero a medida que avanzaban las horas la temperatura iba cambiando, llegando a hacer calor en las horas centrales del día.

Aquí en San Antonio se encuentra EL ÁLAMO, famoso por la batalla de 1836, un asedio de 13 días que comenzó el 23 de febrero y finalizo el 6 de marzo. Enfrentó al ejército de México (encabezado por el presidente Antonio López de Santa Anna), contra una milicia de secesionistas de texanos, en su mayoría colonos estadounidenses, en San Antonio de Béxar, en la entonces provincia mexicana de Coahuila y Texas. La fuerza texana era dirigida por los co-comandantes James Bowie y William Barret Travis, y participo también el aventurero y héroe popular Davy Crockett; todos murieron.

Los deseos de recuperación, organización y restitución de los territorios en Texas inspiraron a los norteamericanos, aventureros, colonos texanos y grandes tropas, a redirigir sus fuerzas y avanzar hasta Texas, por lo que el 21 de abril de 1836 la invadieron nuevamente, y el general Santa Anna, se vio obligado de forma humillante a firmar la paz, y Texas proclamaba así su independencia. En 1845, Texas se incorporó a la Unión.

Visitamos el PALACIO DEL GOBERNADOR ESPAÑOL, este Monumento Histórico Nacional, fue la comandancia original (residencia y oficina de trabajo) de los capitanes de la guarnición militar español desde 1722 hasta principios del siglo XIX. Horario martes a sábado: 9 a 17. Horario domingo: 10 a 17. Precio: 5 $.

La casa tiene unas pocas habitaciones amuebladas con piezas del período colonial español, y un patio con jardín. La visita no es gran cosa, se hace en un momento. 

Muy cerca se encuentra la CATEDRAL DE SAN FERNANDO (también llamada Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria y Guadalupe), que es la catedral más antigua de los Estados Unidos, construida por inmigrantes de las Islas Canarias a mitad del siglo XVIII, en 1868 se amplió en estilo gótico. En 1987, la catedral fue visitada por el papa Juan Pablo II. Su fachada exterior estaba llena de andamios.

Luego ya fuimos al ÁLAMO, cogimos el audio guía para recorrerlo, y la verdad que muy bien, va contando muchas cosas, incluso con efectos de sonido; hay 28 puntos a lo largo del recorrido. Horario del 5 de septiembre al 25 de mayo: 9 a 17’30. Horario del 26 de mayo al 4 de septiembre: 9 a 19. Entrada gratuita. Precio audio guía: 9 $. El Álamo actualmente es el sitio turístico más popular de Texas. 

Las propinas se han modernizado mucho

Nuestro siguiente plan era un paseo en barco por el RiverWalk, pero duraba 40 minutos y todavía iba a tardar casi media hora en salir. Es agradable pasear por esta zona. 

Así que lo descartamos y nos fuimos a tomar una cerveza, elegimos The Buckhorn Saloon & Museum, un curioso local lleno de animales disecados; las cervezas costaron 16 $. Por cierto, aquí hay un museo que la señora de la puerta nos dijo que se tardaba unos 45 minutos en visitar. 

Luego fuimos a comer justo detrás del Álamo, a Crockett Tavern, pedimos unos nachos de entrante y un costillar para compartir, muy rico, lo que pasa que los nachos llevaban excesiva salsa y al poco se hizo todo blando; la comida junto las dos cervezas nos costó 71’22 $. El local muy bonito y la comida muy rica. 

Tras la comida fuimos a comprar algún regalito, y volvimos a pasar por El Álamo, muy tranquilo a esas horas.

Y ya a esperar el bus, de nuevo con el 7, en unos 20 minutos llegamos al aeropuerto.

Pasamos control de seguridad y ya hacia nuestra puerta, el embarque comenzó a las 6’10 y tardaron unos 20 minutos porque el avión iba lleno, así que no pudo salir a su hora, las 6’25; se retrasó unos 15 minutos, y durante el trayecto perdió algo más de tiempo, ya que en vez de llegar a las 7’35 llegó a las 8’10. Directos a pedir un Lyft, tuvimos que esperar unos 15 minutos, y en poco más de 10 minutos llegamos, nos costó 14’90 $.

El taxi nos dejó en los alrededores del American Airlines Arena, en Dirty Bones pedimos unas cervezas y para acompañarlas unas alitas al teriyaki, que estaba muy ricas; nos costó 29’03 $. 

Y ya al hotel, una vez en la habitación, nos entretuvimos un rato con los móviles, pero antes de las 11 ya estábamos durmiendo.

Distancia recorrida andando: 9’0 km.