Día 5: vuelo a Dallas y partido NHL

El despertador sonó a las 6’30, tras las duchas y cerrar maletas, sobre las 7’30 bajamos a hacer el check-out, que fue muy rápido; como el desayuno no era gran cosa, nos lo saltamos.

Pedimos un Lyft para que nos llevará al Aeropuerto, tardó 5 minutos, y 20 minutos después ya estábamos llegando al Aeropuerto; el viaje nos costó 36 $.

El vuelo era con Southwest Airlines, una compañía nueva para nosotros; en su tarifa básica incluye dos maletas facturadas. Sacamos las etiquetas de las maletas en la máquina, y también las tarjetas de embarque físicas (las teníamos en el móvil), y mientras estábamos miramos como pegarlas, nos llamaron para que pasáramos por una ventanilla de facturación y nos lo hicieron. Control en un momento, y a desayunar algo.



Esta compañía al hacer el check-in no asigna asiento, si no turno en la fila, esto hace que el embarque sea muy rápido, y una vez en el avión eliges el asiento que quieres. El avión salió muy puntual a su hora las 10’25, tenía wifi y podías ver el tiempo y la distancia a destino (indicaba 1’09 horas a Dallas y lo cumplió); y llegó un poco antes de su hora que era las 11’55.

Salimos de Nueva Orleans con sol

Y llegamos a Dallas con lluvia

Southwest Airlines opera en el Aeropuerto Dalas Love (que no es el principal de la ciudad), esperamos maletas un momento, y ya pedimos un Lyft, nos dio un punto exacto de recogida (las zonas están numeradas y la app te indica a cuál dirigirte); el trayecto al hotel fueron poco más de 10 minutos, y nos costó 13’65 $.

Hicimos el check-in en el Hyatt House Dallas/Uptown en un momento, y ya nos dieron la habitación; aprovechando que llovía, nos instalamos y desmontamos la maleta tranquilamente.

Ya teníamos hambre y como todavía llovía, salimos a comer cerca, a Magnolias Sous Le Pont, que es una cafetería que teníamos a pocos minutos. Dos sandwichs, con los refrescos nos costaron 21’16 $; bien, era lo que queríamos en ese momento, algo rápido y cerca del hotel.

Al salir apenas llovía, así que fuimos a un supermercado cercano, Tom Thumb, y compramos algunas cositas, como galletas oreo (unas de vainilla y otras de menta), y también algunas chuches (que no valían mucho). Regresamos al hotel y como eran las 3, y teníamos tiempo de sobra, decidimos echarnos una siesta.

Cualquier producto, para la Super Bowl


La variedad de cervezas en brutal, y todas frías
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Por supuesto decoración de la Super Bowl

Y también se acercaba el día de los enamorados

Poco antes de las 5’30 salimos rumbo al AMERICAN AIRLINES CENTER, hacía frío, pero  llegamos en 5 minutos, nos dimos una vuelta por la tienda, y luego al salir le pedimos a un chico que nos hiciera una foto. Nos preguntó de dónde éramos, y al decirle “Spain” se puso a hablar en español, y contarnos que había estado por España y que tenía amigos en Madrid, Barcelona, Málaga y Valencia. Muy educadamente nos preguntó que hacíamos por Dallas, y al contestarle que íbamos al concierto de Bruce ya le pareció más normal, muy agradable se despidió con ¡Bienvenidos a Texas!.

Aquí fuimos tres veces


Estatua de Dirk Nowitzki

Hoy íbamos a ver nuestro primer partido de hockey sobre hielo, el partido de los DALLAS STARS comenzaba a las 7’30, y las 6 abrían las puertas. El control de seguridad como en Nueva Orleans, los bolsos según tamaño van por una puerta u otra, los de hasta 35x35 cm. por RX (más grandes no son admitidos), y los pequeños de unos 10x15 cm. (o poco más) solo control visual. 

Al igual que ayer, nada más entrar nos fuimos a nuestro sitio a ver qué tal, y luego ya paseamos tranquilamente. Nos compramos unas cervezas, patatas fritas, cacahuetes y fingers de pollo. Las cervezas valían 11 $ y el vaso souvenir de refresco 10’50 $. 











Como nos llama la atención, ver tanta cerveza en un recinto deportivo











Nos pareció un ambientazo genial, la música nos gustó mucho, es muy rockera. Mola mucho cuando marcan un gol y suena la bocina (conocida como goal horn) por la megafonía, y nosotros tuvimos la suerte de escucharla 4 veces. Aquí la gente se mueve menos que en el básquet porque tienen dos descansos de 18 minutos y como en la pista no se hace nada, porque están arreglando el hielo, pues da tiempo suficiente para ir al baño y a pedir algo, e incluso te sobra tiempo. No nos pudimos resistir a comprarnos de recuerdo el puck souvenir del partido, con impuestos 10’81 $.

Nuestras entradas eran detrás de la portería, pensábamos que nos sería más complicado seguir el puck (la pastilla con la que se juega), pero al estar relativamente cerca del rink (la pista de hielo) nos fue bastante fácil. Y del tema de la temperatura, pues no estuvo mal, sí que se notaba algo de frío, pero era llevadero, y eso que yo soy friolera.

Fuimos al partido de NHL a modo de curiosidad, porque era el único deporte que nos quedaba por ver, pero nos ha encantado el ambiente; eso sí, me han creado otra necesidad, quiero ver más partidos de NHL en directo.

Salimos y en 5 minutos llegamos al hotel.

Distancia recorrida andando: 8’7 km.

 

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